DERROTANDO EL ESPÍRITU DE ESCASEZ
Por: Juan Quintero
Entre más nos acercamos a los últimos tiempos y a la venida de Cristo a la tierra, las manifestaciones del espíritu de escasez se hacen cada día más físicas. La abundancia de pobres en los país llamados ricos se hace visible, las necesidades económicas abundan, la falta de empleo crece por todos los países de la tierra, la concentración de riquezas en manos de pocos se hace sentir por doquier, en fin Cristo viene y una de las últimas señales es el CRECIMIENTO DEL ESPÍRITU DE ESCASES.
Definamos entonces ¿Qué es escasez? La escasez es la falta de recursos para solventar nuestras necesidades cotidianas que nos permitan vivir una vida de acuerdo al estatus cuo acostumbrado.
¿Qué produce la escasez? La escasez es producida frecuentemente por la falta de previsiones de los recursos que manejamos y la forma de dejarnos seducir por las cosas innecesarias que adquirimos sin antes preguntarnos ¿Lo Necesitamos? Estas aptitudes consumistas hacen que la escasez crezca en nuestras vidas, hogares, empresas y hasta gobiernos. Derrochar los recursos que manejamos es sinónimo de escasez. El uso no controlado de las tarjetas de créditos hacen que nos endeudemos más de lo acostumbrado produciendo esa irresponsabilidad escasez financiera en nuestras vidas y hogares, sumado a esto, conflictos con nuestra pareja, amigos, y empresas que a la postre traerá hasta riesgos de enfermedad por causa de nuestra propia irresponsabilidad de no aprender a manejar los recursos económicos con que contamos.
Por falta de conocimiento padece mi pueblo dice la Biblia, es una de las principales razones de la escasez económica nuestra. Somos nosotros los únicos responsables de nuestras deudas, somos nosotros los únicos que debemos hacer un alto para corregir nuestros errores. Reconocer que nos hemos equivocado, es el primer paso, reestructurar nuestras prioridades y vivir en base a un presupuesto de acuerdo con los recursos que manejamos se hace de urgentísimo valor. No hacerlo es decirle a Dios mentiroso y eso nos hunde más en la desesperación y la luz que se requiere para que se abran nuevas puertas no ocurrirá.
La palabra de Dios es clara, Dios no puede ser burlado, él no nos mete en problema, somos nosotros su creación que lo hacemos por nuestra propia cuenta y hasta sin consultarle. ¿por qué entonces él tiene que sacarnos de la deuda, si él no participó en la toma de decisiones de ella? Esa respuesta te la dejo a ti, porque fuiste tú el que está endeudado y con problemas de escasez que no te dejan vivir ni pensar.
Tú no puedes dar nada que no esté en ti, por lo que vamos a la palabra de Dios, La Biblia, para que ella te diga como corregir tus sendas torcidas.
Primero: Reconocer que le fallamos a Dios en el manejo de los recursos económicos puesto en nuestras manos por él. Por lo tanto es necesario decirle a Dios lo siguiente: Señor Jesús, yo hoy te entrego mi vida y mi corazón, mis recursos y te recibo como mi Señor y salvador personal. Te pido perdón por mis pecados y mis errores por no saber manejar mí economía, me arrepiento de toda mis ineficiencias y recibo tu paz, tu amor, tu perdón y el precioso regalo de la vida eterna. En Cristo Jesús, amén.
Segundo: Reconocer que él es el dueño del oro y la plata y que se hizo pobre para que nosotros fuéramos ricos.
Tercero: Aceptar que nos equivocamos y que necesitamos corregir nuestros errores, permitiendo que Dios controle desde este momento todas nuestras acciones y aptitudes de compra y manejo de nuestros recurso diarios.
Cuarto: Aceptar que no tenemos dinero para pagar nuestras obligaciones y que necesitamos ayuda espiritual del único que siempre está dispuesto a pesar de nuestros errores a levantarnos nuevamente. Aquí es necesario ir a las empresas acreedoras para renegociar las deudas, también hacer un presupuesto, o sea un plan para cancelar nuestros compromisos y sobre todo, pensar y preguntarnos siempre: ¿Lo necesito? Si hay dudas no comprar, si puede esperar, es necesario hacerlo. Cancelar todas las tarjetas de crédito para evitar la tentación
Quinto: Cuando acudes a Dios es porque es tu última esperanza, por tanto para desatar una bendición grande es necesario dar, nadie recibe nada de Dios si no hay sacrificios, el propio Jesús el Hijo de Dios lo hizo por ti, por mí y por todo el mundo, se ofrendó así mismo por nuestros errores y fracasos y pecados que siempre nos llevan a la ruina total.
Sexto: Sin sacrificio no hay respuesta, si quieres respuesta de parte del Altísimo, entonces tienes que hacer un sacrificio de desesperado (a) que mueva cielo y tierra y eso le llamo sacrificio de URGENCIA. Estos versículos bíblicos son importantes para avivar el fuego prosperador (Juan 10:18 y Jueces 7: 13-15) de seguro que hay respuesta de parte del cielo a tus necesidades. Dando es que se recibe. Los cielos no se abrirán sin que tú abras las puertas de tus recursos al creador, dueño y prosperador. Es una aptitud de vida o muerte para tus finanzas y economía. He visto atreves del tiempo a muchas personas que piden a Dios recursos económicos pero este no le responden primero porque acuden al trono de la gracia con las manos vacías y eso no le agrada a Dios.
Séptimo: El arma para derrotar la escasez es una ofrenda de URGENCIA. Dando es que se recibe, Sólo te digo prueba a Dios y él hará, muchos lo han hecho ahora te toca a ti: aquí hay un enlace para que pruebes al único que te puede ayudar a salir de tus problemas: http://www.panamae.com/ora2.htm
Dios te bendiga